La importancia de la prevención en el cáncer de mama

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El cáncer de mama es el tumor más frecuente entre las mujeres occidentales y en España se diagnostican 25.000 nuevos casos cada año, según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer. Se estima que 1 de cada 8 mujeres tendrá cáncer de mama a lo largo de su vida. Por ello, es fundamental poner en marcha todas las estrategias posibles para prevenir esta enfermedad y favorecer su diagnóstico precoz.

Prevención del Cáncer de Mama

Algunos de los factores asociados al cáncer de mama, como los genéticos, no pueden modificarse, pero muchos otros sí, y es aquí donde es importante hacer hincapié. Muchos casos de cáncer de mama se pueden evitar adoptando un estilo de vida saludable:

• Seguir una alimentación sana y equilibrada basada en la Dieta Mediterránea, abundante en frutas, verduras, cereales, carnes magras, pescados ricos en omega-3 y aceite de oliva. Algunos estudio sugieren que la adopción de una dieta sana podría evitar más del 20% de los casos de cáncer de mama en mujeres premenopáusicas.
• Evitar el sobrepeso y la obesidad: están directamente relacionados con un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama en mujeres postmenopáusicas, ya que se asocia a procesos inflamatorios y altera la producción de insulina y de hormonas como los estrógenos.
• Limitar o eliminar el consumo de alcohol: se estima que entre el 20 y el 30% de los casos de cáncer de mama se podrían prevenir si se eliminase o redujese el consumo de alcohol.
• Hacer deporte: se ha demostrado que el ejercicio físico diario disminuye un 23% el riesgo de cáncer de mama en mujeres premenopáusicas y un 12% en las menopáusicas.
• Evitar la terapia hormonal sustitutiva en la menopausia: esta terapia, que combina estrógenos y progestágenos, eleva el riesgo de cáncer de mama.

Otro factor protector del cáncer de mama es la lactancia materna: el riesgo de desarrollar este tumor en las mujeres que han practicado la lactancia materna es un 13% menor en comparación con las que no han dado el pecho.

Revisiones y controles ginecológicos para prevenir el Cáncer de Mama

Las revisiones ginecológicas son fundamentales para identificar factores de riesgo y detectar de manera precoz cualquier signo de alarma que nos pueda hacer sospechar de un cáncer de mama, entre los que se encuentran:

• Cambio del tamaño de alguna mama.
• Aparición de bultos y nódulos en las axilas.
• Irregularidades en el contorno de la mama.
• Baja movilidad de la mama al levantar el brazo.
• Aparición de úlceras, piel de naranja o cambios de tonalidad en la piel.
• Hundimiento del pezón.
• Dolor al palpar la mama.

Asimismo, es recomendable acudir a un centro que cuente con una unidad especializada en el diagnóstico precoz del cáncer de mama y con la tecnología más avanzada para realizar las pruebas con precisión y rapidez.

En el caso del cáncer de mama, la mamografía es el único método de cribado eficaz para un diagnóstico precoz y puede reducir la mortalidad por este tumor hasta en un 30% en mujeres mayores de 50 años, según datos de la Organización Mundial de la Salud. Es recomendable iniciar las mamografías a partir de los 40 años, y antes en el caso de contar con factores de riesgo o antecedentes familiares de cáncer de mama.

En la actualidad los avances tecnológicos, como los alcanzados con el nuevo mamógrafo digital 3D con tomosíntesis de alta definición, facilitan la detección de lesiones muy pequeñas que no suelen ser visibles en las mamografías tradicionales, facilitando así el diagnóstico precoz. Asimismo, el mamógrafo digital 3D con tomosíntesis de alta definición emite muy baja radiación, reduciendo riesgos para la mujer, y cuenta con una mesa prono para realizar biopsias guiadas de máxima precisión y menos invasivas.

Autoexploración mamaria como prevención del Cáncer de Mama

Además de la mamografía, es fundamental conventir la autoexploración mamaria en un hábito, ya que puede ayudar a detectar pequeños bultos o cambios en la mama que adviertan de un posible problema. La autoexploración mamaria puede hacerse en 4 sencillos pasos:

1. Colocarse de frente a un espejo, con los hombros rectos y las manos en jarras, y observar si el tamaño, la forma y la coloración de las mamas son normales, y si existe alguna inflamación, rojez o deformación, como hoyuelos, bultos, cambios o inversión del pezón.
2. Frente al espejo, levantar los brazos y juntar las manos por encima de la cabeza. Observar las mamas en busca de alguna de las alteraciones que hemos descrito anteriormente.
3. Nuevamente frente al espejo, presionar ligeramente las mamas y comprobar si los pezones supuran líquido, ya sea transparente, amarillento o sanguinolento.
4. Acostarse en la cama y palpar con la mano izquierda la mama derecha y viceversa. Se debe presionar con los dedos juntos, estirados y firmes, realizando movimientos circulares y prestando atención ante posibles bultos o anomalías. Esta exploración debe hacerse de arriba abajo y de la axila al escote.

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