Cáncer de mama en el embarazo

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El cáncer de mama durante el embarazo es una situación poco frecuente; representa entre el 6% y el 15% de los casos en mujeres con edades comprendidas entre los 24 y 44 años, según datos de un estudio llevado a cabo por el Grupo GEICAM de Investigación en Cáncer de Mama.

El problema de estos tumores no es tanto tratarlos sino detectarlos, ya que como en el embarazo se producen cambios en la mama, algunas lesiones, sobre todo si son pequeñas, se relacionan con el proceso de gestación.

Detectar el cáncer de mama en fases muy tempranas es importante para poderlo tratar de la forma más rápida posible, tanto en embarazadas como en no embarazadas. Disponer de técnicas de imagen específicas, como el mamógrafo digital 3D con tomosíntesis de alta definición, permite localizar lesiones muy pequeñas que en ocasiones no se detectan en las mamografías convencionales. Además, este nuevo mamógrafo emite menos radiaciones, lo que es clave para el bebé.

Hay que tener en cuenta que el embarazo en mujeres jóvenes actúa como protector frente al cáncer de mama. Pero pasados los 30 años la cosa cambia. Cuando se retrasa la maternidad, las células de la mama que han estado expuestas a factores tóxicos que elevan el riesgo de cáncer, pueden activarse y propiciar la aparición de un tumor.

Según las últimas investigaciones, cuando se detecta un tumor de mama en el embarazo, el aborto no mejora el pronóstico del cáncer. El tratamiento de estas mujeres debe ser lo más parecido posible al de una mujer no embarazada, donde la cirugía y la quimioterapia siguen siendo de elección. Eso sí, el tratamiento se debe de adecuar a la paciente y a su embarazo.

A la hora de la lactancia, es posible dar el pecho siempre que no haya nada que lo contraindique. Las células del cáncer no pasan a través de la leche, lo que sí pueden pasar son algunas sustancias de los fármacos que se emplean para el tratamiento del cáncer de mama. Por eso, es una decisión que debe tomar la madre teniendo en cuenta las indicaciones de su equipo médico.

Embarazo tras un cáncer de mama

Tener un cáncer de mama no es motivo para olvidarse de la maternidad, pero la tendrás que posponer hasta que esté controlado el cáncer de mama. Aunque algunos fármacos quimioterápicos utilizados en el tratamiento del cáncer de mama afectan a la fertilidad, hay otros que no. Muchas mujeres que han tenido un tumor de mama y se han recuperado han podido ser madres sin dificultad.

Si por el contrario, el tratamiento que se administra para el cáncer de mama afecta a la fertilidad, puedes considerar estas alternativas:

• Criopreservación de ovocitos. Si quieres optar por una fecundación in vitro deberás conservar tus óvulos antes de someterte al tratamiento para el cáncer de mama. Como debes estimular la ovulación, quizás debas retrasar el tratamiento oncológico. Una vez recogidos los ovocitos durante tu ciclo menstrual, se conservan en las condiciones más óptimas.
• Criopreservación de embriones. Es otra opción para poder lograr un embarazo. Se suele reservar para las mujeres que tienen pareja y que quieren tener hijos con ella. Una vez lograda la fertilización del embrión se conserva para su implantación cuando se hayan superado todos los tratamientos oncológicos y se confirme la desaparición del tumor.
• Criopreservación del tejido ovárico. El tejido ovárico que te extraen se congela para que te lo puedas autotrasplantar una vez superado todo el proceso. De esta forma, podrás volver a producir las hormonas necesarias para conseguir la ovulación y por consiguiente una gestación.

Debes recordar que tener un cáncer de mama no es motivo para no quedarte embarazada. Lo que sí debes hacer es tener un seguimiento de tu cáncer de mama en una unidad especializada y multidisciplinar donde se consideren todos tus aspectos vitales importantes. Una vez que se haya terminado el tratamiento del cáncer de mama y se haya garantizado que la enfermedad ha desaparecido puedes intentar ser madre.

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