Hospital CIMA Barcelona
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Los tumores oculares representan un grupo diverso de condiciones que pueden afectar los párpados, el ojo y su órbita. Estas lesiones pueden ser benignas o malignas y varían en síntomas y tratamientos. Conocer las causas de sufrir un tumor en el ojo, saber identificar sus síntomas y conocer de primera mano las opciones de tratamiento disponibles para un tumor ocular es determinante para prevenir y los posibles contratiempos de salud que supondría sufrir un cáncer de ojo y poder anticiparse a sus efectos.
Un tumor ocular es un crecimiento anormal que se desarrolla en diferentes partes del ojo y sus estructuras circundantes. Puede ser un tumor en el ojo benigno, lo que significa que no es canceroso y que puede que no se propague, o maligno, lo que implica que sí es canceroso y puede diseminarse a otras partes del cuerpo.
Los tipos más comunes incluyen el melanoma ocular, el retinoblastoma en niños, el hemangioma de coroides y los tumores orbitarios. Estos tumores pueden originarse en el ojo o ser resultado de una metástasis de otro cáncer.
Los tumores oculares pueden ser benignos, como el hemangioma de coroides, que generalmente no son peligrosos y crecen lentamente, pero también malignos, como el melanoma ocular o el retinoblastoma, son más agresivos.
El tratamiento y el pronóstico varía significativamente entre los tumores benignos y malignos, siendo necesario acudir a una consulta con el oftalmólogo para realizar exámenes oculares.
Los tumores oculares primarios se originan dentro de las estructuras oculares, mientras que los secundarios o metastásicos son resultado de la propagación del cáncer desde otra parte del cuerpo.
Los tumores oculares pueden desarrollarse en varias partes del ojo y sus estructuras adyacentes. Conocer la ubicación del tumor en el ojo es determinante para saber de qué tipo de tumor ocular se trata y poder aplicar el tratamiento adecuado. El oftalmólogo realizará los exámenes oportunos para detectar la zona afectada.
Existen diferentes tipos de tumores según la zona del ojo afectada, incluyendo tumores palpebrales, tumores en el ojo como el melanoma y el retinoblastoma, hemangioma de coroides y tumores orbitarios. Cada tipo presenta características únicas y requiere un enfoque específico en cuanto a diagnóstico y tratamiento.
Los tumores palpebrales son comunes y pueden aparecer como bultos o irregularidades en los párpados. Es habitual confundirlos con otras lesiones como orzuelos y chalaziones (agrandamiento de una glándula sebácea en el párpado) y, aunque tienden a ser benignos, en ocasiones pueden ser malignos y tener una gran capacidad de diseminación.
Por eso es esencial que, ante la presencia de anomalía en los párpados, un oftalmólogo especializado en cirugía plástica ocular del Hospital CIMA realice un seguimiento periódico de estas lesiones para proporcionar un diagnóstico y tratamiento adecuados.
Los tumores oculares suelen manifestarse en la conjuntiva del ojo, la coroides y la retina, y en este caso hablamos de afecciones como el melanoma, el retinoblastoma y el hemangioma de coroides. Cada uno de ellos presenta características únicas, lo que hace que cada tipo de tumor en el ojo presente síntomas diferentes.
El melanoma es un tumor maligno severo, el retinoblastoma es agresivo y común en la infancia, y el hemangioma de coroides, aunque benigno, puede crecer rápidamente y amenazar la salud visual.
¿Qué es un melanoma? Este tipo de cáncer de ojo es un tumor maligno que comúnmente se desarrolla en la coroides. Es el tumor intraocular primario maligno más frecuente en adultos y puede ser secundario a metástasis de otros cánceres como el de mama o pulmón.
El retinoblastoma es el tumor ocular maligno más común en niños y es extremadamente agresivo, por lo que su diagnóstico y tratamiento temprano es fundamental.
Suele diagnosticarse en niños menores de dos años que presentan leucocoria, un reflejo blanco en la pupila. Aproximadamente el 50% de los casos son hereditarios y afectan a 1 de cada 15.000 recién nacidos. El tratamiento incluye una combinación de quimioterapia, láser y crioterapia.
El hemangioma de coroides es un tumor benigno que se desarrolla rápidamente y puede llegar a comprometer la visión. Aunque no tiene riesgo de metástasis, su crecimiento puede amenazar el nervio óptico y la mácula, afectando la visión detallada de quien sufre este tipo de tumor en el ojo.
Entre sus posibles síntomas se incluyen la disminución de la visión y hemorragias intraoculares. El tratamiento suele ser con terapia fotodinámica, enfocada en detener el crecimiento del tumor.
Los tumores orbitarios son menos frecuentes, pero muy variados, y algunos pueden incluso llegar a revestir gravedad. Se originan en la cavidad que aloja el globo ocular y pueden causar desplazamiento del mismo (exoftalmos), disminución de la visión o visión doble. Su manifestación más común es el exoftalmos unilateral, de evolución lenta y progresiva. El tratamiento depende del tipo, de la ubicación y del tamaño del tumor, y puede incluir cirugía, radioterapia y quimioterapia.
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